estaba en la nada. mirando el cielo. las hojas. y sentía venir y salir los segundos .
el tiempo no importaba.
si había mucho o poco ruido?, no lo sé.
la música de mis audífonos entraba y las melodías coincidían con mis pensamientos. entonces, mi cabeza llegaba un buen ritmo.
mis piernas un poco dobladas
mi espalda apoyada en el árbol.
mis manos en el pasto.
mis ojos miraban el cielo.
el calor no me mataba las neuronas.
entonces, llegó él, tan sutil, tan extraño, tan lindo, tan acojedor, tan buen acompañante.
entonces, no lo entendía.
y drexler sonaba en mi cabeza:
- tengo tan claro que no te voy a entender, mas que en parte.
te miro y pienso, te miro y me digo: ¿quien quiera que seas de donde has salido?.♪
/y otro día en la plaza. otro día la música invadía mi cuerpo. el verde y el diverso color de las flores entraba por mis ojos, salía por mi boca como el humo , tan cual , se desvanecía en el camino, entonces, no alcanzaban a llegar mis señales a el extraño ser que viene a leer a la plaza.
/ otro día, otra música, otros colores, otro cielo. entonces, hoy habían más nubes. y los colores no eran tan intensos. intentaba gritar palabras para que alguien me prestara atención. ya no me sentía tranquila, me sentía sola, quería correr, pero mis piernas no atinaban a nada. era un pésimo día y creí que la plaza me haría bien, pero era peor.
entonces, volvió a sonar esa maldita canción.
; tan poco tuyo que ahora soy yo y nunca fui tan de nadie. ♪
- y grité. exploté.
pero él, ni siquiera atinó a mirarme.
. nunca fue una compañía. pero suelo perderme en los ojos de personas incógnitas.
martes, 17 de febrero de 2009
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